En el campo de la política, Mariana se siente como pez en el agua. Responde de manera contundente a todas las preguntas, con ese aire reflexivo que da la experiencia adquirida a lo largo de un año de trabajar como asesora de un senador. De hecho, en cinco años se ve como diputada de la República y de no lograrlo en ese lapso, no piensa desanimarse.
«Si la diputación se demora otros cinco años más, no hay problema. Me iré a estudiar una maestría porque considero que si quiero legislar y aportar algo a México, necesito prepararme a conciencia, con una educación sólida y con ganas de cambiar al país. ¡Gente sin preparación hay muchísima!»
-¿Por qué quisiste estudiar Derecho?
Desde muy chiquita quise estudiar Derecho, no sé si por influencia de mi abuelo que era abogado. Es una carrera humanista con cierto rigor y cierta estructura. Me gusta mucho todo lo que tiene que ver con la legislación y con la política, y creo que un buen político debe tener un absoluto conocimiento de las leyes porque son la base de todo.
-¿Qué te han aportado tus estudios a tu práctica laboral?
El ITAM tiene excelentes profesores que me han ayudado a entender que el Derecho no es, simplemente, aprenderme de memoria el Código Civil o la Constitución, sino saberlos interpretar, saberlos manejar. En las clases nos dedicamos mucho a ver qué necesita México, qué está mal regulado, qué se podría hacer para mejorar esa situación. Todo esto me ha servido mucho a la hora de trabajar.
Por otro lado, la forma de estudio me ha aportado disciplina, orden y responsabilidad; me ha enseñado a valorar, a priorizar mis actividades y mi tiempo, y eso es muy importante en el trabajo.
Por último, el ITAM me ha ofrecido una facilidad de horario, sin eso no podría trabajar, y he contado con todo el apoyo de mis profesores y mis compañeros.
-¿En qué ha contribuido esta experiencia profesional a tu formación como estudiante?
Tener la oportunidad de trabajar mientras estudias te cambia la visión de las cosas porque te acercas a la práctica, a la realidad. El aprendizaje, entonces, es mucho más dinámico, y como veo plasmado en algo concreto lo que estoy estudiando, adquiero otro tipo de conocimientos. Muchas veces, si sólo te dedicas a estudiar, te olvidas de conectarte con lo que está sucediendo afuera.
-¿Cómo logras un equilibrio entre tu trabajo, tus estudios y tu vida personal?
La verdad, siempre he pensado que una persona feliz es la que tiene completas todas sus facetas: familia, novio, escuela, amigos, trabajo. Le tienes que dedicar tiempo a todo. El ITAM, claro, es una escuela exigente, pero no creo que sea imposible lograr un equilibrio entre todas tus actividades, ni tampoco te demanda que vivas sólo para la universidad.