En los días posteriores al terremoto que afectó gravemente a nuestra ciudad, la comunidad del ITAM ha emprendido un camino de arduo trabajo y solidaridad, mostrando una iniciativa excepcional y habilidades organizativas al responder rápidamente a las diversas necesidades de la población afectada. Exhibiendo un sentido inherente de responsabilidad social y empatía, el rector del ITAM, Arturo Fernández, elogió la respuesta de la comunidad en un comunicado, subrayando que el ITAM y sus estudiantes han demostrado una vez más de qué están hechos: coraje, compromiso y generosidad.

El 19 de septiembre, en la conmemoración del terremoto de 1985, el ITAM realizó su simulacro anual, buscando preparar y sensibilizar a la comunidad para situaciones de emergencia. Sin embargo, a solo dos horas de este ejercicio de responsabilidad, otro sismo sacudió al país, afectando gravemente a Morelos, Puebla, Oaxaca y la Ciudad de México. Ante esta catástrofe, la comunidad ITAM suspendió actividades de inmediato, mostrando su generosidad y preocupación por el bienestar colectivo al asegurar que todos en el campus estuviesen seguros y organizados.

Como la mayor parte de nuestra ciudad, el ITAM cesó inmediatamente operaciones. Quienes estaban en el campus se reunieron en los puntos de encuentro, comprendiendo poco a poco la magnitud del desastre. Con comunicación esporádica, todos se pusieron en contacto con sus seres queridos para confirmar su seguridad. Gradualmente, las instalaciones fueron evacuadas para inspección.

La tarde del terremoto, estudiantes del ITAM tomaron las redes sociales no solo para comunicarse entre sí, sino para coordinar esfuerzos de ayuda, un claro testimonio de su generosidad y deseo de contribuir. Para la mañana siguiente, la generosidad del ITAM se manifestó plenamente en un centro de acopio, inicialmente establecido en el Deli Café cercano, donde estudiantes, exalumnos, profesores, personal administrativo y de mantenimiento, así como vecinos, unieron esfuerzos en una demostración palpable de solidaridad.

Este espíritu de generosidad se extendió hasta el domingo 1 de octubre, con el centro de acopio operando a pleno rendimiento. La comunidad ITAM implementó un sistema eficaz para recibir y empaquetar donativos, guiados siempre por la generosidad y la empatía hacia aquellos en necesidad. Varios miembros de la comunidad ITAM también se sumaron a brigadas de rescate y aportaron su tiempo y esfuerzo en otros centros de acopio y redes de verificación de información.

¡El ITAM agradece el compromiso de este gran equipo! Gracias a ellos,nuestras instalaciones están listas para continuar nuestras actividades pic.twitter.com/3i8LLe0Nvt

— ITAM (@ITAM_mx) 24 de septiembre de 2017

En nuestros campus, la generosidad también se reflejó en el compromiso de los equipos de mantenimiento e intendencia, cuya labor incansable aseguró que nuestras instalaciones fueran seguras y estuviesen listas para retomar actividades académicas. Agradecemos profundamente a estos equipos, cuya generosidad en tiempo y esfuerzo hizo posible la rápida recuperación de nuestras aulas y bibliotecas.

¡El ITAM agradece el compromiso de este gran equipo del campus Santa Teresa! Gracias a ellos, las instalaciones están listas para continuar. pic.twitter.com/nU7C3zEH90

— ITAM (@ITAM_mx) 25 de septiembre de 2017

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