Homicidios de mujeres en México: tasas más altas en 40 años

Durante los últimos años, el país ha atravesado una ola de violencia nunca antes vista, especialmente contra la mujer. Con las tasas más altas de violaciones, desapariciones y homicidios de mujeres en México, es necesario abarcar la situación. Debido a que son problemas que competen a toda la sociedad, diversas asociaciones estudiantiles del ITAM organizaron la primera Semana de la deconstrucción de género, donde se analizaron temas como la violencia contra la mujer, la mujer en el ámbito laboral, deconstrucción del machismo y sororidad.

Definiendo el feminicidio

No es la primera vez que se escucha que los feminicidios en México han aumentado exponencialmente. Sin embargo, muchas veces la diferencia entre homicidio y feminicidio no es clara, así como los requisitos para que se tipifique como tal. Mariana Solano, estudiante de Ciencia Política del Instituto y analista de datos en Data Cívica, presentó algunas de las estadísticas más impactantes respecto a homicidios y feminicidios en el país. 

Mariana comentó que a pesar de que en el código penal sí hay una definición clara de feminicidio, es muy distinta la definición a la clasificación. En muchas ocasiones, ya sea por falta de recursos o de incentivos, las fiscalías no persiguen los feminicidios pues no los clasifican como tales. Es importante saber que un feminicidio se define como la privación de la vida a una mujer por razones de género.

Mariana Solano impartió la conferencia de "Feminicidios en México". FOTO: ITAM
Mariana Solano impartió la conferencia de «Feminicidios en México». FOTO: ITAM

Se considera que existen razones de género cuando la víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; a la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones, previas o posteriores a la privación de la vida; existan antecedentes de cualquier tipo de violencia familiar, laboral o escolar en contra de la víctima; haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza; existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones en contra de la víctima; la víctima haya sido incomunicada o que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.”

La crueldad de los feminicidios

Debido a la dificultad de recopilación de datos de feminicidios, Data Cívica trató de acercarse al panorama real a través de los homicidios de mujeres que, a pesar de no tener la causa de género, siguen siendo indicadores de la violencia contra las mujeres que se ejerce todos los días. La analista también mencionó que desde el 2000, primer año que considera este estudio, se disparó la violencia en el país. Sin embargo, la tasa nacional de homicidios de mujeres alcanzó su punto más alto en 2018, donde 5.4 mujeres fueron asesinadas por cada 100,000. Esta es la tasa más alta de los últimos 40 años.

El aumento fue especialmente desproporcionado en homicidios de mujeres en vía pública y con arma de fuego, lo cual es una tendencia nueva. Antes se presentaban mayor número de homicidios de mujeres en la vivienda con arma blanca; sin embargo, la situación ha alcanzado tal gravedad que no han disminuido estos casos pero sí han aumentado los presentes en vía pública. 

Otro factor sumamente importante es que las mujeres suelen ser víctimas de causas de muerte mucho más crueles. A pesar de que el factor mortal haya sido un arma blanca, no es poco común que se presenten evidencias de tortura o violación previas a la privación de la vida. Sin embargo, como ya se mencionó, estas evidencias muchas veces no se incluyen en las carpetas de investigación y por lo tanto, el homicidio no se clasifica como feminicidio. 

La necesidad de obtener mejores datos

Para concluir, Mariana reafirmó que necesitamos disminuir los entramados burocráticos complejos cuando se atienden a las víctimas y recopilar mejores datos. En el caso de las víctimas, uno de los principales problemas es la falta de interseccionalidad: a pesar de que se sepa que son mujeres, muchas veces pertenecen a una comunidad indígena, afromexicana, LGBT+, entre otras, y eso puede ser un factor influyente en su asesinato. Sobre los perpetradores se sabe muy poco y se tiende a satanizarlos cuando en realidad son miembros de la sociedad comunes y corrientes. Sobre los hechos es importante saber más que simplemente “murió en vía pública” sino cerca de qué espacios, por qué zonas, etc. para analizar tendencias y mejorar dichos espacios. Obtener datos más verídicos y eficientes es el primer paso para la elaboración de políticas públicas que protejan la vida de las mujeres en México.

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