«Procuramos que el estudiante tenga sus propias ideas, que viva su vida, que aprenda a aprender, que ame pensar y saber…»

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Casi todos los alumnos del ITAM recuerdan con gusto y cariño sus primeras clases de Estudios Generales. Maestro de varias generaciones, el profesor De la Isla es admirado y querido por sus estudiantes y colegas

¿Qué sentido tiene para usted impartir una clase?Captura de pantalla 2016-06-20 a las 11.31.01

Aunque pueda parecer rebuscado, pienso que en una clase está presente toda mi historia, lo que he aprendido, lo que he vivido. Están presentes mis más hondas convicciones y compromisos; mis ideales personales y sociales; mis perplejidades y utopías; mis preferencias, rechazos y carencias.

De manera más inmediata y consciente están mis teorías y experiencias pedagógicas, mis fines educativos, mis pasiones por una sociedad mucho mejor a través de la docencia formativa. Está activo mi gran deseo de que los estudiantes amen saber, amen crecer y que se comprometan con su desarrollo personal, con su sociedad y con su historia. Está muy viva mi inquietud de aportar mejores medios para que los estudiantes conciban sus propias ideas, vivan su mismidad, odien ser mercancías del mercado de las profesiones y puedan librarse de la avalancha de los medios. Todo esto me parece que es el alma de la clase. Y sin alma, la clase se convierte en mecanismos y fórmulas vacíos.

¿Cómo se desarrolla una de sus clases?

El desarrollo de una clase con vida educativa se inicia con la acción de pensar en serio sobre el tema relacionado con la sociedad.

Es muy importante que los estudiantes y el maestro conozcan la materia del diálogo, pero es más relevante que expresen sus percepciones, sus apreciaciones, sus juicios, para cultivar el pensamiento crítico, uno de los objetivos más importantes de la formación universitaria. Por eso no se emplea el método vertical, receptivo, profético, sino uno en el que el grupo dialoga para hacer el análisis crítico del contenido.

Otro fin indispensable es descubrir, construir, inventar soluciones y, finalmente, se debe procurar el compromiso personal en la realización de las soluciones. Esto último es esencial porque se refiere a la actitud de vida. Sin embargo, no podría lograrse sin los anteriores.

¿Cuáles son los fines educativos de las asignaturas de Estudios Generales?

Estas materias tienen fines primordialmente formativos que procuran el crecimiento personal en lo intelectual, moral, espiritual y estético por el desarrollo del pensamiento crítico, el cultivo de la imaginación y de la creatividad y una fuerte conciencia de la responsabilidad social. Procuramos que el estudiante tenga sus propias ideas, que viva su vida, que aprenda a aprender, que ame pensar y saber y que, superando el individualismo, colabore en la construcción de una sociedad más libre, más justa y más humana.

¿Qué caracteriza a un estudiante del ITAM?

Es fácil definir el perfil deseable de un alumno del ITAM: frente a la actitud pasiva, receptiva, mercantil y egocéntrica, preferimos al estudiante activo, crítico, inconforme, disidente, imaginativo, innovador, creador, amante del cambio social deseable, con fuertes convicciones e ideales, pero siempre abierto al cuestionamiento.

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