«Para reflexionar sobre lo que se plasma en los documentos, hace falta leerlos y releerlos, hacerlos nuestros, transformarlos»

Catalina Jaime, una profesional dinámica, competente y apasionada por su quehacer, estudió la Licenciatura en Bibliotecología en el Colegio de Bibliotecología de la UNAM, y desde el cuarto semestre de su carrera ha trabajado en aspectos relacionados con su profesión. «Mi primer empleo fue como asistente de investigador en el área de medicina veterinaria en la UAM-X; después, fui asistente de profesor en el Colegio de Bibliotecología y asistente de investigador en la Dirección General de Bibliotecas de la SEP. Mi verdadera escuela llegó con la oportunidad de trabajar para McKinsey & Company, Inc. – México, empresa en la que trabajé durante diez años. Al ITAM llegué gracias al Dr. Javier Chávez Ruiz Breen, y es algo que le agradeceré siempre.»

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Platícanos cuáles son tus funciones en la Biblioteca, así como las de las personas que colaboran contigo.

Tengo un equipo eficaz que se encarga de que los documentos lleguen a la Biblioteca, se registren en el catálogo, se preparen para llegar a la estantería, se presten y se recuperen. Además, trabajamos con el usuario para recuperar, directamente de los documentos, la información que contienen; asimismo, se investiga en dónde encontrar y encargar los documentos o la información que no tenemos en casa. Estas tareas no son tan simples como se enuncian. Por ejemplo, para que un libro llegue a la Biblioteca, tiene que ser sugerido por algún profesor y aprobado por su Jefe de Departamento. Son los profesores quienes determinan si el libro es un texto obligatorio o si es un documento de uso general; de ahí se desprende el tiempo de préstamo para cada documento. Cuando la solicitud llega, hay que verificar si el documento ya existe o no, si se puede comprar localmente o si debe importarse. En cada una de estas etapas, es muy importante cuidar el procedimiento.

Una vez que los documentos están en el ITAM, la sección de adquisiciones tramita su alta en el acervo, define su número de inventario, les coloca sellos y otras marcas de propiedad y se envían a la sección de análisis, donde se hace una lectura rápida del documento para asignar los temas a través de los cuales se encontrará el documento en el catálogo. Por último, se ingresa la información en la sección correspondiente de la base de datos. Este trabajo se hace con base en normas internacionales, y se está conformando una base con temas autorizados y reconocidos.

Enseguida, el documento pasa a la sección de catalogación y clasificación, donde se elabora el registro catalográfico y se le ubica físicamente (clasificación). Se realiza, entonces, el proceso físico, que consiste en pegar etiquetas de clasificación y papeleta, se elabora la remesa correspondiente y se entregan los documentos a circulación, ya sea en Río Hondo o en Santa Teresa.

En el área de automatización de la Biblioteca, se administra el sistema y se crean las herramientas de cómputo necesarias para otros controles bibliográficos. La sección de circulación da de alta en el sistema los documentos, además de integrarlos a la colección en el lugar que les corresponde, y se encarga del préstamo, de la localización física de los documentos y de intercalar nuevamente en su lugar todo aquello que sale de su sitio. Por el simple hecho de ser quienes están a cargo de los valores de la Biblioteca y por estar en la entrada, fungen como nuestra primera cara.

En el área de recuperación de información, se atiende a quienes buscan información por tema y no saben en dónde está; desde ahí, se exploran los catálogos, se hacen búsquedas en bases de datos, se identifican sitios adecuados en Internet, se instruye a los usuarios sobre los recursos que tiene la Biblioteca y se llevan a cabo los trámites de préstamo interbibliotecario. Aquí también se actualiza y se da mantenimiento al micrositio de la Biblioteca.

Yo, solamente gestiono los recursos y las herramientas que cada integrante del equipo requiere para llevar a cabo su labor.

Si uno compara la Biblioteca del ITAM de hace diez años con la de hoy, no creería que se está hablando del mismo edificio. ¿Nos podrías decir qué se buscó con las obras, tanto de ampliación como de remodelación?

En efecto, no es el mismo edificio: ahora tiene el doble de espacio y una apariencia muy diferente a la fría vista que teníamos hace cuatro años. Las motivaciones que detonaron el cambio son muy variadas: estar al nivel de las normas internacionales y adquirir un espacio confortable, agradable, adecuado para los usuarios, donde fuera placentero venir a estudiar y a leer sólo por el gusto de hacerlo. Además, era necesario disponer de más lugares para los usuarios, y con las nuevas instalaciones prácticamente duplicamos el espacio, tanto para usuarios como para libros, además de que se acondicionó el espacio para desarrollar adecuadamente las tareas de los empleados. Ahora, la Comunidad ITAM tiene unas espléndidas instalaciones para el estudio y para la reflexión, y seguramente así nos ayudarán a mantenerlas. El autogobierno es indispensable para mantener en buenas condiciones las instalaciones.

¿Cuáles son los servicios que ofrece la Biblioteca?

Los servicios son los siguientes:

Las Adquisiciones, orientadas al desarrollo y al mejoramiento de las colecciones de la Biblioteca y a satisfacer las necesidades derivadas de las actividades de nuestra institución. Los profesores y los alumnos pueden sugerir la adquisición de los documentos y, si se ajusta al perfil del ITAM, la adquisición se realiza.

El Préstamo a domicilio es el servicio más utilizado por nuestros usuarios, tanto internos como de préstamo interbibliotecario, y es el único servicio al que tienen derecho los ex alumnos.

El Préstamo interbibliotecario se otorga a profesores y a alumnos con registro vigente, y consiste en conseguir prestados, de otra institución, los documentos que no incluye nuestro acervo.

La Recuperación de información, ¡que es la verdadera razón de ser de la Biblioteca!
Para trabajar aquí es necesario saber cuál es el contenido de los libros y de las revistas y en dónde encontrar la respuesta a cada pregunta. Aquí te das cuenta de que el bibliotecario no es el «sacude-libros» o el «presta-libros». Esta sección se orienta a responder a las interrogantes de los usuarios, a proporcionarles acceso a los recursos físicos o electrónicos y a hacer posible el acceso a los recursos de otras fuentes externas que nos complementan.

La Hemeroteca es la sección que complementa el acervo de libros, es la sección consultada por quienes están verdaderamente interesados en actualizarse, en conocer el entorno de sus especialidades, es donde llega la novedad, la noticia. Tenemos suscripciones únicas en el país. Es una de las secciones de la Biblioteca a la que mayores recursos financieros se dedican. Todos están pendientes del costo del nuevo edificio, sin imaginar siquiera que con la inversión que se realiza en hemeroteca en cuatro años, podríamos construir otro edificio. Hay que aprovecharla al máximo.

Muchas veces se dice que la Biblioteca del ITAM es una de las mejores del país. ¿A qué atribuyes esta aseveración?

Se puede atribuir a tres factores:

El primero es el servicio: no en todas las bibliotecas atienden puntualmente a las solicitudes de compra que hace la facultad o que sugieren los alumnos; en muchos casos, no se aceptan sugerencias. Y no todas cuentan con un servicio de recuperación que se parezca al nuestro. Eso hace una gran diferencia.

Después, procuramos actualizar el acervo en la medida en que los profesores colaboran con nosotros indicando las necesidades; así que es un servicio moderno y que responde a las necesidades de los programas académicos. Aunque en ocasiones se critique que no hay un ejemplar por cada alumno, hay que aclarar que ésa no es la misión de la Biblioteca; los libros de texto son el mínimo indispensable con el que cada futuro profesionista debe iniciar la seria formación de su biblioteca personal. Amén de los libros más famosos y los más citados o, al menos, los más vendidos.

Es un hecho que no poseemos el acervo más grande, ni el más antiguo del país o de América Latina, porque a las bibliotecas se les sigue midiendo por el tamaño de su acervo. Pero lo que sí tenemos es una colección en constante desarrollo y ésa es, indudablemente, una ventaja. Ahora ya no tenemos que pedir prestado a otras instituciones tantos documentos como hace diez años; en este tiempo, hemos desarrollado nuestras colecciones propias.

Los cambios tecnológicos y el acceso a Internet han significado que las personas puedan consultar cantidades enormes de información de manera electrónica. En este contexto, ¿cuál crees que es el futuro de las bibliotecas impresas y de los libros? ¿Crees que tenderán a desaparecer?

No, de ninguna manera.

Los recursos electrónicos son una buena alternativa a la hora de comprar documentos que no se pueden encontrar en el país. Con los medios electrónicos el problema de accesibilidad prácticamente desaparece; claro que se requiere una buena computadora y un magnífico método de conectividad. Aquí ya hablamos de elites.

Para buscar en la inmediatez del caso, lo electrónico es excelente, las herramientas de recuperación son fantásticas. Pero no así los contenidos. Sólo atrévete a ir en electrónico a buscar históricamente, con conciencia, con antecedentes, con verdadera documentación y con fiabilidad. Hay reportes muy bien documentados de graves fallas en algunos casos médicos, por ejemplo, por dejarse guiar exclusivamente por la documentación que viaja en Internet. El papel es aún imprescindible a la hora de documentar. No podemos perder de vista la historia.

La accesibilidad es increíble si quieres comprar desde casa, en plena madrugada; puedes entrar a cualquier librería de prestigio y ordenar desde su catálogo. Pero aun cuando compres electrónicamente, casi siempre acabas imprimiendo para leer. Porque para reflexionar sobre lo que se plasma en los documentos, hace falta leerlos y releerlos, subrayarlos, examinarlos, anotar al margen, etc.

El futuro no está en los libros electrónicos, y aun para los medios electrónicos se requieren bibliotecas, se requiere seleccionar, adquirir, catalogar, clasificar, hacer accesible, disponibles «e imprimibles» los contenidos virtuales. Y después, aún queda pendiente la asignatura de la conservación de los contenidos; eso es algo no resuelto para los medios electrónicos.

Es curioso: McLuhan, hace más de cuarenta años, y Negroponte, hace cerca de diez, mataron y enterraron al libro. El caso es que sigue existiendo y que, además, se escriben libros para anunciar la muerte de los libros.

Y por cierto, las llamadas bibliotecas virtuales aún tienen que enfrentar problemas económicos, prácticos y legales ante los documentos virtuales. Además, si hablamos de crisis energéticas, habría que pensar si la respuesta sería electrónica ante un apagón. Yo sigo apostando al papel, a la memoria, a una vela y a un buen bibliotecario. Seguramente los accesos virtuales y los medios físicos se complementan, y no son ni serán excluyentes.

¿Cuáles son los retos que visualizas en el futuro?

Hay cientos de retos, pero en el futuro inmediato de nuestra Biblioteca hay dos grandes líneas: automatizar las tareas meramente rutinarias y emplear los cerebros de las personas en actividades de mayor impacto. Es decir, necesitamos instaurar un sistema de autopréstamo y de auto devolución, y para ello se necesita implantar un nuevo tipo de identificación en el ITAM y controlar el acceso de usuarios a la Biblioteca. En eso se está trabajando ahora mismo.

Otro reto importante es invertir los índices de utilización de los documentos y medir eficientemente dichos usos. Actualmente, encontramos que más de 60% del acervo no se utiliza tanto como sería deseable. Hay que promover, hay que instruir, hay que elaborar nuevos productos, de acuerdo con las necesidades de los usuarios; hay que captar a quienes aún no son usuarios y hay que trabajar inteligentemente en la selección de los documentos que van a ocupar los nuevos entrepaños de la Biblioteca. El crecimiento se calculó a cinco años y muchos ya quieren ver todo lleno, no importa con qué. Así no se trabaja, es importante que el trabajo del ITAM esté verdaderamente representado en esos espacios.

Si deseas obtener mayor información, envíanos un correo a:cjalvarez@itam.mx

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