Discurso pronunciado en la Ceremonia Académica de Inauguración de la Remodelación de la Biblioteca «Raúl Baillères Jr.», del Homenaje a Don Miguel Palacios Macedo y de la presentación de las Colecciones Bibliográficas Rudiger Dornbush y José Luis Lamadrid,
el 20 de septiembre de 2004, en San Ángel, Ciudad de México
Señor Secretario de Educación Pública, Dr. Reyes Tamez Guerra
Señor Secretario de Gobernación, Lic. Santiago Creel
Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público, Dr. Francisco Gil Díaz
Señoras y Señores miembros de la Junta de Gobierno y de la Asociación Mexicana de Cultura; señor Rector del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Dr. Arturo Fernández,
Señoras y Señores profesores, estudiantes, ex alumnos, Invitados especiales, Amigos todos:
Quiero agradecer la presencia de todos ustedes y muy especialmente por su deferencia a los señores secretarios, en esta ceremonia que tiene múltiples propósitos: en el marco de la inauguración de la remodelación del área original de la Biblioteca «Raúl Baillères Jr.», queremos, por un lado, rendir un homenaje póstumo a nuestro querido maestro Miguel Palacios Macedo y develar un busto en su memoria; y, por otro lado, presentar las colecciones bibliográficas de Rudiger Dornbush y de José Luis Lamadrid. ¡Qué mejor oportunidad para celebrar la conclusión de los trabajos de nuestra nueva biblioteca que reconociendo la labor de distinguidos maestros e intelectuales vinculados, directa o indirectamente, con nuestro quehacer universitario!
Nuestra Biblioteca lleva el nombre de mi adorado hermano Raúl. No creo, sinceramente, que haya una forma más elocuente y digna de honrarlo y de recordarlo.
No puedo ocultar la emoción que me embarga en esta ceremonia académica ni la pasión que me causa participar en esta obra educativa del ITAM. Estoy muy orgulloso de todo lo que ha logrado nuestra Institución, y me siento muy motivado porque puedo prever su importante contribución en el futuro de la educación en México.
Como expresión de la enorme gratitud y del respeto personal e institucional que los miembros de la Junta de Gobierno tenemos por el maestro Don Miguel Palacios Macedo, surgió la idea de encargar al escultor Andrés Peraza la realización de un busto en su memoria.
Don Miguel Palacios Macedo fue un hombre extraordinario, de ésos de los que no hay más de diez en una generación, un hombre que desempeñó un papel relevante en el diseño de instituciones económicas en el México posrevolucionario. Como maestro e intelectual, fue espléndido: nos lo ha recordado Miguel Mancera. Sus clases eran una verdadera aventura intelectual en la que se integraba el conocimiento económico con el filosófico y el jurídico. Cultivó en quienes fuimos sus estudiantes un sano realismo, actitud indispensable para formar el espíritu crítico; nos infundió la afición por la reflexión y por la lectura, y sembró en nosotros un firme compromiso con el desarrollo de México.
Su espíritu indomable, su rigor, su amor por las ideas, su autonomía personal e intelectual y su esperanza en el entendimiento humano contribuyeron a forjar el carácter y la orientación de nuestra querida Institución. Agradezco en lo personal sus consejos sobre la conducción y planeación de la misma, así como la trascendencia que tuvo como mi maestro en mi formación profesional. A su señora esposa, Doña Josefina Gutiérrez, viuda de Palacios Macedo, quien desafortunadamente no pudo estar con nosotros, y a su familia que hoy nos acompaña, sirva este homenaje para recordar a un gran esposo, y padre y, desde luego, a un inolvidable maestro de muchas generaciones de economistas del ITAM.
En esta ocasión, celebramos también la incorporación a nuestro acervo bibliográfico de la generosa donación por parte de la señora Sandra Masur, aquí presente, viuda del profesor Rudiger Dornbush, de la biblioteca personal del famoso economista, maestro del Instituto Tecnológico de Massachussets, que visitara esta casa de estudios en múltiples ocasiones y quien, además, fuera maestro de distinguidos exalumnos del Instituto. Señora Másur, en nombre de la Comunidad Universitaria del ITAM, le agradecemos infinitamente la deferencia y la generosidad que ha tenido para con nuestra Institución. Pido un aplauso para la señora Másur como expresión de nuestra profunda gratitud…. (aplausos)….. Le aseguramos, señora Másur, que esta colección será debidamente protegida y bien aprovechada por nuestra Comunidad.
Ésta es, asimismo, nuestra oportunidad para celebrar la adquisición de la Biblioteca José Luis Lamadrid. Se trata de una colección extraordinaria de 16,000 volúmenes, referidos principalmente al ámbito del Derecho. Señora Beatriz Salmón y Carroll, viuda de Don José Luis Lamadrid, le agradecemos su consideración con el ITAM. Estoy seguro de que esta colección será invaluable para nuestro Departamento de Derecho y que contribuirá a preservar la memoria de Don José Luis.
Quisiera aprovechar esta ocasión para hacer un merecido reconocimiento público a la Licenciada Catalina Jaime, Directora de la Biblioteca, quien ha sido una funcionaria extraordinaria y eficaz, que con gran liderazgo, profesionalismo y apasionada entrega ha transformado y modernizado la operación de nuestra Biblioteca. Asimismo, felicito a su equipo de trabajo por su compromiso y por su entusiasmo. Pido un aplauso para ellos…. (aplauso)
También nos hemos reunido para celebrar la culminación de los trabajos de remodelación del edificio original de la Biblioteca «Raúl Baillères Jr.». Nos sentimos muy orgullosos porque, después de tanto esfuerzo, finalmente hemos concluido un proyecto más: hoy, el ITAM cuenta con una biblioteca espléndida, tanto en los servicios que presta como en su arquitectura y en su equipamiento. La Biblioteca ocupa un lugar central en nuestra institución, no sólo como depositaria del conocimiento contenido en los libros y en los medios electrónicos, sino como un lugar privilegiado para el estudio individual y para la reflexión.
Deseamos que esta Biblioteca distinga a nuestra Institución precisamente por su vocación académica, y que ofrezca un espacio agradable, sobriamente elegante y funcional para que las muchas horas en las que los estudiantes y los maestros trabajan en ella no sólo resulten un placer para el intelecto sino también para los sentidos.
Esta armonía entre los órdenes intelectual y estético debe servir para elevar el espíritu de los asiduos usuarios de la Biblioteca y para impregnarlos con un sentimiento de grandeza, mientras disfrutan al aprender y al descubrir el vasto horizonte del conocimiento humano.
En el mismo orden de importancia, deseamos que las obras de los más destacados científicos e intelectuales aquí reunidas, así como los vitrales con la imagen de algunos de los más grandes hombres de las letras y de la ciencia, contagien a nuestros estudiantes de una digna humildad que los aleje de la soberbia, que les ayude a reconocer los límites y las fronteras del conocimiento mismo, no para que se intimiden, sino para que siempre tengan una disposición por aprender y por buscar nuevos saberes.
Estos sentimientos de grandeza y de humildad conjugados frente a la adquisición del conocimiento ayudan a pavimentar el largo y sinuoso camino hacia la sabiduría.
Nuestra Biblioteca busca ser un acicate para que nuestros estudiantes se habitúen al estudio y a la reflexión por su propio valor intrínseco y como ingredientes indispensables para una acción eficaz. Que entiendan que el ejercicio de la razón debe preceder a la acción.
Los espacios por excelencia del proyecto educativo del ITAM son la Biblioteca, las aulas y los cubículos. Sus actores principales son los estudiantes y los profesores. Nuestros profesores facilitan y acompañan el aprendizaje de nuestros estudiantes; son sus guías intelectuales e inspiradores del amor al conocimiento, además de ser creadores de nuevos conocimientos. En nuestros estudiantes tenemos fincadas todas nuestras esperanzas porque en ellos reconocemos el valor transformador de las ideas y de la educación. Deseamos que nuestros estudiantes se realicen como personas y que en su futura vida profesional se distingan y se conviertan en eficaces agentes del desarrollo del país en todas sus facetas. Por todo esto, deseo que nuestros estudiantes disfruten y aprovechen plenamente estas nuevas instalaciones.
Señoras y señores:
Mi compromiso con la educación es absoluto y mi pasión por el ITAM y por su quehacer es inquebrantable. Seguiré poniendo todo mi empeño y todos los recursos posibles para que el ITAM siga siendo una institución académica de vanguardia en materia docente y de investigación para que siga siendo una institución de excelencia al servicio de nuestro querido México.
Muchas gracias.