“La universidad carece de una dimensión espiritual” Flor María Rigoni en el ITAM

Ante un nutrido grupo de alumnos de nuestra institución, el clérigo Flor María Rigoni, Premio Nacional de Derechos Humanos 2006, habló de su experiencia en labores altruistas e hizo una breve reflexión sobre la vida moderna y sus efectos sobre la universidad.

Flor María Rigoni quien dirige el albergue Belén, en Tapachula, Chiapas. Este sacerdote ha dedicado su vida a brindar apoyo humanitario a refugiados y migrantes; primero a sus compatriotas italianos alrededor de Europa, después en tierras africanas y a partir de 1985 en México, razón por la cual es un referente mundial en temas de migración.

Rigoni y su crítica a la sociedad

Desde esta experiencia, que él llamó magistra vitae (maestra de vida), el clérigo lanzó una crítica a la sociedad actual. Para este hombre de iglesia, la modernidad es vivir una sensación de amurallamiento debido a la globalización. Sin quererlo o resignadamente, aceptamos como si fueran dogmas absolutos conceptos y políticas sujetos a la idea de mercado.

«Es un río humano escurriendo de sur a norte, de este a oeste. Una entramada de torrentes arroja otros peregrinos en carrera contra el hambre y la pobreza». Flor María Rigoni. NUESTRA SHOAH OLVIDADA. Disponible en este enlace.

Esta idea de mercado ha llevado a la humanidad a caer en lo que denominó “superficialidad consumista”. De acuerdo al invitado, esta superficialidad ha transformado la idea clásica del cogito ergo sum (pienso, luego existo) en un “compró entonces soy, hablan de mí entonces soy alguien”. De esta forma, sustituimos el pensamiento con cosas, con mercancía o con errores. Siguiendo esta línea de argumentación, el sacerdote de la Congregación de los Misioneros de Scalabrini criticó el comportamiento de las personas en redes sociales donde la importancia de uno se mide por el número de likes que consiga.

La modernidad y el impacto en la universidad

Pero, de acuerdo a este activista social, la crisis de la modernidad ha ido aún más lejos y ha llegado a afectar a la educación universitaria en su conjunto. Este efecto lo denominó “caída del nivel universitario”. Este sacerdote católico recuerda que en la antigüedad regían dos conceptos en la universitas. Por un lado, el conocimiento abierto a todos y a todo; por otro, la libertad y autonomía de la institución. Actualmente, afirma Rigoni, estos dos conceptos han muerto en la mayoría de las universidades mientras el abanico del conocimiento se reduce más y más. En algunas facultades, falta una visión de conjunto, un horizonte que sea al mismo tiempo social, político, filosófico y que admita una dimensión espiritual.

Se han reemplazado estos valores por el reino de la producción y del mercado, afirma el invitado, ya no se puede hablar de universidades sino de empresas cuyo objetivo es muy diferente al de la universitas. Ya no se busca el conocimiento abierto, ni la libertad ni la autonomía, lo que se busca es la cantidad y la mayor producción. Algunas pocas excepciones salvan esta crisis conceptual como los campus de la Ivy League en California y nuestra institución, puntualizó Rigoni tras una conferencia apasionante y polémica.

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