La historia de la humanidad puede verse como una serie de disrupciones causadas por injusticias específicas en un contexto particular. Estas, en ocasiones, conducen a una resolución por medio de una deliberación colectiva y cambios en las condiciones concretas de esa sociedad. Luis Villoro, filósofo, investigador, profesor y diplomático mexicano, investigó y luchó contra dichas injusticias a partir de la reconstrucción de términos tales como “democracia”, “izquierda” y “revolución”. Para exponer estas tesis de Villoro, el Doctor Gregory Pappas, invitado por el Doctor José Manuel Orozco del Departamento de Estudios Generales del ITAM, presentó la conferencia “Luis Villoro: la lucha contra la injusticia social”. El invitado explica el término “democracia” como un ideal sobre las interacciones humanas en todos los contextos y asociaciones de la vida. Este ideal ha surgido como respuestas a injusticias concretas.
¿Cómo se detecta una injusticia social?
El Dr. Pappas mencionó que el punto de partida de la reflexión ética y política deben ser las situaciones problemáticas concretas de la injusticia o, como dice Villoro, “la experiencia sufrida que es una injusticia”. Clasificó las injusticias definidas por Villoro en 3 fases:
- La experiencia de la injusticia.
- La injusticia no es aceptada pasivamente, por lo que surge una rebelión-oposición a un poder que niega el valor de los excluidos.
- El reconocimiento del oprimido y un nuevo sentido compartido de lo que es justo, así como una proyección de un orden social más justo.
Sin embargo, Pappas reconoció que el proceso de Villoro es interminable pues no existe una sociedad ideal, una utopía. Los ideales deben ser constantemente cuestionados y revisados para ver si deben ser modificados.

Asimismo, recalcó que una distinción creada para liberar una opresión puede desempeñar una función diferente en distintos contextos sociales. Villoro no trata de imponer normas, sino caminos. Son herramientas provisionales que se revisarán en la lucha. Explicó que la filosofía está siempre en un contexto social pero la función de esta es la disrupción. Tal perturbación no debe reducirse al pensamiento político y a la acción.
Sin embargo, aunque se busca luchar contra cierta injusticia social no se define qué es la justicia, por lo que se plantean a ideales inalcanzables. Indicó que no hay que caer en la falacia de una noción idealizada o romántica de las comunidades afectadas en la que estas no se equivocan y tienen la verdad absoluta. Por el contrario, es la labor de los académicos buscar un diálogo y aprendizaje mutuo con los educandos para realmente llegar a la verdad, pues los prejuicios de la sociedad se hacen aparentes en la interacción con otros; pues no se pueden evidenciar en un diálogo consigo mismo.
El proceso de Villoro, incompleto
Pappas indica que existen múltiples limitaciones por las que el proceso pueda no llevarse a cabo en su totalidad, las principales son:
- La experiencia de la injusticia no lleva a una toma de conciencia.
- El conflicto no propicia la reflexión crítica.
- El proceso de reflexión colectiva es bloqueado o desviado antes de llegar a una toma de conciencia por parte de los que están en el poder o por los afectados.
- El proceso se estanca en una “rebelión” sin llegar a la “revolución” o a la transformación de valores e instituciones.
- Que el oprimido no deje de ser víctima.
- Opresor y oprimido simplemente cambian de rol, creando un ciclo interminable de violencia y dominación.

El Dr. Pappas terminó la conferencia afirmando que aunque el pensamiento de Villoro es adecuado, este no da recomendaciones de cómo lidiar con las injusticias. Algunas medidas que él sugiere incluyen la creación de un diálogo con aquellos que no comparten nuestras creencias y circunstancias. Asimismo, propone ir más allá de la redefinición de un término, abandonando el dogmatismo y reduccionismo para alcanzar nuevas virtudes epistemológicas. Por último, mencionó que es necesario resistir el poder sin buscar el poder y no entender la palabra resistencia como si eso fuera suficiente.