Pablo Barcos no tiene ningún inconveniente en contar que no es «exagerado para estudiar». Esto no tendría nada de raro sino supiéramos que además de tener la Beca Baillères, otorgada por el ITAM a estudiantes con un promedio igual o superior a nueve, el semestre pasado aplicó y obtuvo una de las becas de Telmex.
«A mí me encantaría terminar la carrera con las dos becas: la Baillères, por currículo, y la Telmex porque siento que me puede abrir muchas puertas en el mundo empresarial cuando termine Ingeniería. Pero no por ello soy exagerado al estudiar, simplemente cuando tengo que hacerlo lo hago hasta que sé que estoy preparado. La presión es más a finales de semestre, por los exámenes, pero a lo largo del mismo trato de no estar estresado y de hacer bien las cosas».
¿O sea que no es difícil encontrar un equilibrio entre tu dedicación al estudio y tus actividades sociales?
No creo. Yo, por ejemplo, soy muy amiguero, no sirvo para quedarme encerrado en mi casa sino que los fines de semana me encanta salir con mis amigos, necesito estar con a gente porque eso me distrae y relaja mucho.
¿Qué diferencia a un estudiante becado de uno que no lo es?
Considero que la diferencia simplemente está en que cuando tienes una beca debes mantener un promedio en tu carrera para seguir recibiendo el apoyo. Pero ya en la vida laboral no creo que existan diferencias. El que un estudiante no esté becado no significa, necesariamente, que no vaya a tener mejores posibilidades para desarrollarse profesionalmente que otro con mejor promedio. Yo creo que más bien eso depende de cada quién, de sus capacidades y de las oportunidades que se le presenten y el cómo las aproveche en su vida laboral.
¿Qué hace diferente a la Ingeniería Industrial del instituto de la impartida en otras universidades?
Antes de entrar aquí, yo había presentado el examen de admisión en otra institución y ya estaba inscrito. Pero me platicaron muy bien de lo que ofrecía el ITAM, del nivel de formación y experiencia de los profesores, por ejemplo, y entonces me presenté y obtuve la Beca Baillères. Entré en la disyuntiva, pero mis padres me dijeron que me respaldaban en la decisión que tomara, no importaba que tuviera o no beca. Me decidí, entonces, por el ITAM porque me di cuenta que me ofrecía un mejor nivel académico.
Además, algo importante es que aquí el trato es muy directo, todos los profesores de Ingeniería Industrial saben perfectamente quién eres, cómo vas, siempre están dispuestos a darte una ayuda personalizada, mientras que en otras universidades los profesores ni siquiera saben tu nombre.
¿Qué es lo que más te gusta de la Ingeniería Industrial?
Me gustan mucho las Matemáticas, todo lo que sea optimizar me parece muy interesante y, sobre todo, se me hace increíble poder aplicar conocimientos matemáticos a los procesos industriales para hacerlos más eficientes.