«La Telemática me permite seguir desarrollando mis inquietudes comunicativas»

Captura de pantalla 2016-06-20 a las 12.34.56Rutilio no es el típico alumno de Ingeniería. Para empezar, él ya tiene una profesión, la actuación, que aparentemente no tiene nada que ver con lo que ahora estudia. ¿Cómo un telemático, un científico con una sólida formación tecnológica, puede ser, a la vez, algo tan opuesto como un artista, un creador? Ciertamente, no es muy común, pero después de un largo proceso, Rutilio ya encontró la respuesta:

«Los humanos somos básicamente seres comunicativos. Como actor experimenté una dimensión más subjetiva, más artística de la comunicación; como ingeniero en Telemática, puedo dedicarme a la dimensión técnica de ese proceso comunicativo, me encargo de que una señal que contiene información llegue bien de un transmisor a un receptor; la Telemática es la parte tecnológica de ese proceso humano y me encanta porque lo complementa. Cuando me gradúe puedo salir a trabajar en medios de comunicación, no ya como actor, en frente de las cámaras, sino como ingeniero, detrás de las mismas», comenta emocionado.

Antes de ingresar a Telemática, Rutilio se dio la oportunidad de buscar en sí mismo y de tratar de encontrar respuestas a sus inquietudes personales y artísticas, dedicándose de lleno a estudiar actuación en la escuela de Televisión Azteca.

-¿Cómo ha sido todo este proceso de buscar lo que realmente querías ser?

Siempre he sentido dos inclinaciones muy fuertes: una hacia el teatro y otra hacia la parte científica y técnica. Cuando salí de la preparatoria, entré a estudiar Ingeniería Industrial en otra universidad porque me gustaban las Matemáticas y me parecía una buena opción, una carrera que te garantizaba un futuro. Sin embargo, empecé a involucrarme en actividades culturales y fue entonces cuando me invitaron a ingresar a la escuela de actuación.

En un principio me di un tiempo de prueba y combiné las dos carreras, pero prepararse para llegar a ser un buen actor demanda toda tu dedicación y tu tiempo, es una escuela muy exigente. Por eso dejé la Ingeniería Industrial y durante dos años y medio sólo tomé clases de actuación. El problema al que me enfrenté al egresar fue muy duro porque el mundo laboral de los actores es competitivo, complejo y no es fácil conseguir trabajo.

Por otro lado, yo seguía con mis búsquedas personales, con mi deseo de comunicarme con el mundo, de expresar mis ideas y sentimientos. En todo este proceso aclaré muchas cosas y me di cuenta que la Ingeniería me seguía gustando y que la Telemática me permitía seguir desarrollando mis inquietudes comunicativas.

-¿Cómo te has sentido como estudiante de Telemática en el ITAM?

Creo que soy un mejor estudiante ahora que hace seis años. El ITAM me ha dado estructura, disciplina y orden, además de que la formación enfatiza varios aspectos que a mí me interesan: profundidad analítica, capacidad de investigación y responsabilidad social como profesionista.

Telemática, además, es una carrera muy fuerte aquí en el ITAM y yo siempre he tenido muy buenas referencias del Director del Programa, Federico Kuhlmann. A eso añádele que estoy becado y eso es un aliciente para mejorar.

Otra cosa que me ha gustado mucho es la convivencia con alumnos más jóvenes. Al principio estaba un poco temeroso, pero me he sentido increíble con mis amigos de Ingeniería, son personas que te ayudan mucho y trabajamos muy bien en equipo. Además, he encontrado mayor sensibilidad en ellos que en mis compañeros de la escuela de actuación.

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